domingo, 21 de agosto de 2011

OLVÍDATE DE TÍ MISMO

(LECTIO 28-08-2011)

Mateo 16, 21-27

A partir de entonces, Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén, y que los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley le harían sufrir mucho. Les dijo que lo iban a matar, pero que al tercer día resucitaría. Entonces Pedro le llevó aparte y comenzó a reprenderle, diciendo:

¡Dios no lo quiera, Señor! ¡Eso no te puede pasar!

Pero Jesús se volvió y dijo a Pedro:

¡Apártate de mí, Satanás, pues me pones en peligro de caer! ¡Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres!

Luego Jesús dijo a sus discípulos:

–El que quiera ser mi discípulo, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame.  Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, la recobrará. ¿De qué sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? ¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida? El Hijo del hombre va a venir con la gloria de su Padre y con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno conforme a sus hechos.

Otras Lecturas: Jeremías 20:7-9; Salmo 63:1-5, 7-8; Romanos 12:1-2

LECTIO:

Después de revelar a los discípulos que él es el Mesías, Jesús los deja desconcertados al decirles que va a ser ejecutado a manos de los dirigentes judíos en Jerusalén. Es ésta la primera de las tres ocasiones en que Jesús les habla de esto a los discípulos (véase Mateo 17:22-23, 20:17-19).


Para los discípulos, esto no tiene sentido. ¿Cómo podrían sus propios dirigentes rechazar y dar muerte al Mesías, esperanza secular de la liberación judía? ¿Y cómo iba a permitirlo Dios? ¿Con qué objeto? ¿Por qué habría de sufrir el Mesías? Para la mentalidad de muchos judíos, el sufrimiento seguía vinculado al pecado y al juicio de Dios.

Pedro, al que Jesús acaba de nombrar roca sobre la que se edificará la iglesia, se convierte por un momento en arenas movedizas. Manifiesta a Jesús su temor y su frustración: “¡Eso no te puede pasar!”. La respuesta de Jesús es una reprimenda violenta en la que resuena el rechazo frontal con el que alejó a Satán cuando le tentó en el desierto (Mateo 4:10). La firmeza de la reprimenda indica la gravedad de la tentación a la que le están sometiendo.

Puede que Jesús aumentara todavía más la confusión de los discípulos al hablar a continuación de cargar con cruces y perder la vida para salvarla. Nosotros tenemos la ventaja de ver las cosas desde la perspectiva de la resurrección, de tal modo que las palabras de Jesús nos transmiten la profunda verdad de entregar nuestras vidas para vivir por él. 

En dos ocasiones Jesús hace que los discípulos vislumbren la esperanza. Primero les dice que resucitará de entre los muertos (versículo 21), y luego les dice que volverá con gloria con los ángeles para juzgar a las naciones por sus obras (versículo 27).
MEDITATIO:

Los discípulos tuvieron que sentirse muy confusos por lo que les dice Jesús, pero no le abandonan. ¿Qué podemos aprender de esto?

¿Qué crees que puede querer decir Jesús cuando afi rma que quien pierda su vida por su causa, la recobrará? ¿Qué signifi ca esto para ti en tu vida cotidiana?

ORATIO:

Da gracias porque Jesús estaba dispuesto a hacer la voluntad de su Padre, aun cuando esto implicase el sufrimiento y, en defi nitiva, la muerte.

Preséntate humildemente ante Dios. Pídele su gracia para que te ayude a obedecerle noche y día y a llevar una vida que le agrade a él en vez de optar por tu propia comodidad.

CONTEMPLATIO:

Medita en torno a estos versículos de Romanos 12:1-2:

"Por tanto, hermanos míos, os ruego por la misericordia de Dios que os presentéis a vosotros mismos como ofrenda viva, consagrada y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que debéis ofrecer. No viváis conforme a los criterios del tiempo presente; por el contario, cambiad vuestra manera de pensar, para que así cambie vuestra manera de vivir y asé lleguéis a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto".
 

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